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  • La Cátedra de Transición Energética Urbana UPV, junto con el resto de colaboradores del proyecto ACTIVAGE en la ciudad de Valencia, ha realizado un estudio centrado en el consumo energético de las personas mayores de 65 años y de recursos económicos medios y bajos, a fin de determinar su potencial vulnerabilidad energética.
  • Los datos de temperatura y humedad registrados por sensores en sus hogares se han cruzado con encuestas sobre sus hábitos energéticos y condiciones de la vivienda.
  • El análisis muestra cómo un gran número de los participantes, personas mayores de 65 años, de recursos económicos medios o bajos, y que pasan gran parte de su tiempo solas, tienen en casa unas temperaturas y/o humedad de riesgo potencial para su salud.
  • Entre las medidas propuestas, la Cátedra de Transición Energética Urbana UPV ha elaborado una guía para los usuarios que, junto a los recursos de la Oficina de la Energía de València, mejorará el asesoramiento a la ciudadanía de la misma.

 

El pasado proyecto Activage (2018-2021) tuvo por objetivo la búsqueda de soluciones tecnológicas frente a los problemas derivados del envejecimiento de la población y su necesidad de cuidados. La ciudad de València, bajo la coordinación de Las Naves, lideró este proyecto a través de la ejecución de una prueba piloto mediante la cual se desarrolló, entre otros, un sistema de monitorización de cientos de personas mayores a través de sensores en el interior de sus hogares. Entre los aspectos a monitorizar, se recogieron datos de la temperatura, humedad relativa y registro de presencia en las diferentes estancias del hogar.

Desde la Cátedra de Transición Energética Urbana UPV, junto con la PYME tecnológica Mysphera, se realizó un filtrado de estos datos, seleccionando a los participantes que presentaban temperaturas y humedad más críticas en invierno y/o en verano, en la sala de estar y el dormitorio. Se identificaron los casos más vulnerables en función del mayor o menor tiempo de exposición registrado en estas condiciones.

Este análisis mostró cómo un gran número de los participantes, personas mayores de 65 años, de recursos económicos medios o bajos, y que pasan gran parte de su tiempo solas, tenían en casa unas temperaturas y/o humedad de riesgo potencial para su salud. Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y otras guías de buenas prácticas, es recomendable que las personas de avanzada edad tengan en casa una temperatura de confort anual entre 20 ºC y 24 ºC, y una humedad relativa entre el 40% y el 60%. Entre los participantes del estudio, se observó que, de media, un tercio del tiempo pasado en casa, sufrían temperaturas alejadas de las recomendadas. En concreto, se obtuvieron medias de 16,7ºC en invierno y de 28,2ºC en verano durante esas franjas de riesgo, registrándose varios casos de temperaturas en el hogar inferiores a 12ºC o superiores a 35ºC en invierno y verano, respectivamente. En cuanto a la humedad, el estudio reflejó el gran problema que supone para la ciudad de Valencia, registrándose medias en los hogares de 63% y 53% en verano e invierno respectivamente y llegando a extremos de 85% en algunos casos.

Además del análisis de datos por sensores, las tres entidades sociales colaboradoras Atenzia, GESMED (Gestió Socio Sanitaria al Mediterrani) e ISIBENESTAR (Iniciativa Social Integral per al Benestar), hicieron encuestas a los participantes más críticos sobre las condiciones de su vivienda y sus hábitos en el consumo energético. En general, se detectó un parque de viviendas antiguo y el uso de electrodomésticos anticuados. En invierno, sistemas de calefacción basados principalmente en radiadores o estufas de gas y otros sistemas ineficientes o incluso de riesgo como braseros. En verano, ventiladores y sistemas de aire acondicionado instalados pero que muchos preferían no usar por el gasto que supone. Casi la mitad declararon tener problemas en mantener condiciones climáticas adecuadas en el hogar debido a motivos económicos.

Finalmente, la Cátedra de Transición Energética Urbana UPV elaboró una guía para los usuarios que, junto con los recursos de la Oficina de la Energía, ofrece una serie de recomendaciones personalizadas en base a los datos disponibles para cada uno, para lograr un mayor confort en el hogar, así como una mayor eficiencia y ahorro en la factura energética. Esta guía está siendo entregada actualmente por las tres entidades sociales mencionadas a los participantes del programa que se han percibido más críticos. Se espera así que estas personas mayores tomen conciencia del riesgo para la salud que suponen una temperatura y humedad inadecuadas en el hogar, y puedan tomar acción con medidas de mayor o menor envergadura. Igualmente, se les proporciona información sobre los recursos públicos disponibles, como el bono social energético o la Oficina de la Energía de Valencia como lugar de asesoramiento ciudadano.

 

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